Tal pareciera que no hay lugar para un Poeta en este mundo. Desarraigado, incomprendido. Extraño hasta en si mismo.
Al nacer, para bien o para mal, ya trae el estigma. Mientras lo asume o lo descubre, han de pasar muchas soledades en eterna interrogante.
Y para colmo, ya que lo acepta, tendrá que serlo a pesar de los otros...
Si alguien me pregunta por qué escribo, debo contestar que por una necesidad imperiosa, como si alguien más dictara a mis manos en los momentos inesperados, tratándose de Poesía. Algunos lo llaman inspiración, es algo irrefrenable.
Asi surge Coloquio de Melancolías. En solitario. Un buen dia, sin ser leida por nadie, decido que habré de publicar. Nadie cree que la Poesía sea un buen negocio, por qué invertir en las expresiones de los sentimientos de otro que ni es famoso o no es premiado por las autoridades Culturales, que deciden tras sus escritorios, insensibles a los esquizoquímicos.
¿Qué me atrajo de Vincent Van Goh y su anhelo de vivir? y a muchos como él, incluyendo mujeres que en realidad nada tendría que ver los sexos, en una necesidad que va más allá. El de la creación.
Debería esconder un libro que trae errores? Yo los tuve en mi vida y los he perdonado. Ahi están, como mi sosten, pilar de lo que soy ahora. Me gusto, en cualquier espejo me refleja lo que amo. La escencia de mi existir. Me acepto, sin cambiar nada...
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